sábado, 16 de febrero de 2013

La élite del semen español

Espermatozoides humanos vistos bajo un microscopio. | Science Photo Library
anapixel
anapixel
anapixel
En 2010 nacieron en España al menos 1.026 niños gestados con semen de donante (la cifra es mayor, porque no todos los centros de reproducción asistida facilitan sus datos al registro de la Sociedad Española de Fertilidad). Para que un semen sea utilizado en una inseminación artificial o una fecundación in vitro, ha de pasar unos parámetros que no están, ni muchos menos, al alcance de cualquiera. Es la elite del semen español y ayuda a cumplir el sueño de la maternidad al menos a 1.000 mujeres o parejas al año.
El director del laboratorio de Andrología del IVI Madrid, Alberto Pacheco, lo deja muy claro: "Sólo pasan entre un 5% y un 10% de los que se presentan voluntarios, no solo estudiamos la calidad seminal sino también al candidato desde el punto de vista psicológico".
Además de evaluar la calidad, se presta especial atención a las enfermedades infecciosas, como subraya Vicente Badajoz, responsable del laboratorio de la Clínica Ginefiv: "Se hace toda una batería de pruebas al semen: VIH, hepatitis…". Pero no basta con buscar esos virus, en los centros de reproducción asistida se aseguran de que se pasa el 'periodo ventana', el tiempo en que el virus puede estar en la sangre pero no detectarse en las pruebas serológicas.
La evolución psicológica la realizan psicólogos especializados. Además de descartar patologías psiquiátricas graves, los especialistas quieren, ante todo, asegurarse de que el candidato está convencido. Al fin y al cabo, su experiencia como donante de semen no durará más de seis meses, pero las consecuencias biológicas, es decir, el resultado de su donación, estará en el mundo por lógica más tiempo que él.
Respecto a la calidad seminal, Pacheco aclara que lo que se pide va mucho más allá de lo necesario para poder tener hijos. Esta razón es una consulta que reciben mucho en los centros de los candidatos no aptos para la donación, que se preguntan si en un futuro tendrán ellos mismos que ser candidatos a la reproducción asistida. Sin embargo, esto no es así. "Los valores de normalidad de la Organización Mundial de la Salud establecen la existencia de 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen; nosotros pedimos 70", apunta Pacheco, que aclara que, por supuesto, si se detecta en el candidato a donante alguna carencia grave se le comunica.
La espera por el periodo ventana de las enfermedades infecciosas hace que hayan de pasar seis meses desde las primeras pruebas hasta que el candidato elegido empieza a donar, siempre que los análisis hayan seguido dando negativo. Pacheco comenta que, en su centro, nunca ha sucedido haber detectado una infección en este periodo ventana.
Una vez aceptados, comienza la rueda. El semen se congela, pero no inmediatamente, como explica Badajoz. "Hay que esperar a que la muestra se licue, ya que al principio está muy viscoso". En ese tiempo, la muestra ha sido etiquetada y visualizada por dos biólogos. El semen se introduce en criotubos que se meten en contenedores de nitrógeno líquido.
A continuación, se espera otros seis meses para liberar, ya que hay que regarantizar que no se ha contraído ninguna enfermedad en ese tiempo. Así, el semen se va 'liberando' paulatinamente.
El fin de la donación, por ley, es cuando el semen ha servido para producir seis gestaciones, pero no se tiene al donante pendiente de esta cifra. Por el contrario se hace una media de entre 24 y 30 extracciones, ya que sólo entre el 20% y el 30% de las muestras lograrán finalmente un embarazo (obviamente, no solo depende de la calidad del semen).
Un tema algo polémico es el del pago a los donantes. Pacheco insiste en que no se trata de un pago en sí, o al menos no por la donación. "Es una gratificación por los desplazamientos y las molestias". Las molestias a las que se refiere incluye el tener que extraerse semen en un entorno "frío". Es la llamada Sala de Recogida, que consiste en un sillón cómodo, una televisión con canales porno y un lavabo.
Otras molestias incluyen la exigencia de abstinencia sexual entre tres y cinco días antes de la extracción de semen.
Una vez que el semen se utiliza, ¿puede la mujer o la pareja elegir donante? La ley deja muy claro que éste tiene que ser anónimo pero, como explica Badájoz, el médico siempre trata de que, en el caso de que se trate de una pareja heterosexual, el donante se parezca al varón.
Sin embargo, si hablamos de una mujer soltera o una pareja homosexual, Badajoz explica que "no hay por qué no escuchar las preferencias". En este sentido, más allá de las relativas al aspecto físico se refieren a la formación. "Mucha gente pregunta si su donante es universitario; es así en el 95% de los casos, ya que buscamos gente con cierta dependencia económica y tiempo libre, y los universitarios encajan en ese perfil", concluye el especialista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario