Los cuidados paliativos, 'víctimas' de los recortes sanitarios en Madrid
Muchos pacientes terminales requieren de cuidados paliativos.
Entre los numerosos efectos de la crisis económica y la reforma
sanitaria de la Comunidad de Madrid, uno de los primeros que se ha
evidenciado con el inicio de año ha sido la no renovación de personal
eventual de algunas unidades de cuidados paliativos en diferentes
centros hospitalarios. Situación que puede empeorar en los próximos
meses, según advierten algunos responsables de diferentes sociedades.
"Ya estamos en una situación muy precaria y ahora iniciamos el año con este panorama. La situación no ha podido empezar peor".
"De momento, no son muchos. Conocemos algunos casos de personal eventual al que no se le ha renovado su contrato o se le ha reducido un 50%. Pero es una medida que no está justificada. No se puede suprimir un servicio como este. La carga asistencial de estos profesionales es tremenda y lo que se va a conseguir es que se deje de atender a los pacientes".
Además de los hospitales mencionados, otro centro que se ha visto afectado por los recortes es el Hospital Gregorio Marañón.
Se calcula que en España cerca de 250.000 personas necesitan recibir cuidados paliativos por una enfermedad terminal. Los estándares internacionales establecen que estas unidades deben estar formadas por un médico, un enfermero, un psicólogo y un trabajador social, que tratan de forma conjunta de controlar múltiples síntomas como el dolor o la ansiedad y las dificultades sociales y personales que puede acarrear la enfermedad tanto al paciente como a su familia.
Desde el año 2010, y debido a la enorme desigualdad en la cobertura que se ofrece a los pacientes terminales en las diferentes comunidades autónomas, existe en nuestro país la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud para la mejora de la atención que reciben los pacientes en fases avanzadas y terminales, y de sus familiares.
Según fuentes de la Consejería de Sanidad de Madrid, "se ha renovado a la inmensa mayoría de profesionales en situación eventual. "Esta renovación se hace en función de las necesidades asistenciales y la disponibilidad de recursos que existen", afirman, sin querer entrar en detalles de cómo es la situación en este tipo de unidades.
Estos especialistas insisten en que los recortes no tienen mucho sentido: "Aliviamos el sufrimiento pero también generamos un ahorro de pruebas que conllevan un gran gasto", asegura. Esas afirmaciones vienen avaladas por numerosos estudios científicos que demuestran que los servicios de cuidados paliativos generan un menor gasto sanitario. Según los resultados de un estudio realizado en el año 2000 y dirigido por Mateu Serra, de la Fundación Salud Consorcio Sanitario del Maresme en Cataluña, este tipo de atención, cuando se realiza por un equipo de cuidados paliativos, genera un ahorro por paciente del 40% (600 euros frente a 1.050 euros).
Al ahorro económico hay que sumar los beneficios físicos y psicológicos para paciente y familiares. El estudio de Serra demostró que en el momento del primer contacto con los equipos especializados en cuidados paliativos, un 28,4% de los enfermos oncológicos presenta un dolor grave o insoportable, un 31,1 % tiene otros síntomas físicos también de intensidad grave o insoportable y un 45,9 % manifiesta estar angustiado casi siempre o no poder pensar en otra cosa más que en su enfermedad. Sin embargo, los enfermos muestran una mejora significativa de sus síntomas tanto físicos como psicoemocionales durante los primeros 15 días de tratamiento. Al igual que los familiares que valoran muy positivamente este tipo de atención.
No es la única investigación que demuestra los múltiples beneficios de estas unidades. Eduardo Bruera, director del área de atención a los pacientes terminales en el MD Anderson Cancer Center de Houston, demostró un ahorro de un 16% en el coste medio de la atención a los pacientes oncológicos. Según otros estudios, se estima que un Plan Nacional eficiente de cuidados paliativos podría reducir el gasto público en 500 millones de euros anuales.
"Ya estamos en una situación muy precaria y ahora iniciamos el año con este panorama. La situación no ha podido empezar peor".
"De momento, no son muchos. Conocemos algunos casos de personal eventual al que no se le ha renovado su contrato o se le ha reducido un 50%. Pero es una medida que no está justificada. No se puede suprimir un servicio como este. La carga asistencial de estos profesionales es tremenda y lo que se va a conseguir es que se deje de atender a los pacientes".
Además de los hospitales mencionados, otro centro que se ha visto afectado por los recortes es el Hospital Gregorio Marañón.
Se calcula que en España cerca de 250.000 personas necesitan recibir cuidados paliativos por una enfermedad terminal. Los estándares internacionales establecen que estas unidades deben estar formadas por un médico, un enfermero, un psicólogo y un trabajador social, que tratan de forma conjunta de controlar múltiples síntomas como el dolor o la ansiedad y las dificultades sociales y personales que puede acarrear la enfermedad tanto al paciente como a su familia.
Desde el año 2010, y debido a la enorme desigualdad en la cobertura que se ofrece a los pacientes terminales en las diferentes comunidades autónomas, existe en nuestro país la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud para la mejora de la atención que reciben los pacientes en fases avanzadas y terminales, y de sus familiares.
Atención eficiente
De ahí que sea difícil de comprender que la Comunidad de Madrid haya decidido disminuir el número de personal que conforma estos equipos. "No entiendo esta medida. Si queremos reorientar el sistema hacia el enfermo crónico, que en su último año de vida es cuando genera el mayor consumo sanitario, no tiene sentido que se recorte en paliativos. Tampoco comprendo que en ninguno de los 10 nuevos hospitales de Madrid existan unidades de este tipo. Si no se invierte aquí, estas unidades pueden desaparecer y entonces el paciente recurrirá a otros servicios más caros, como las urgencias".Según fuentes de la Consejería de Sanidad de Madrid, "se ha renovado a la inmensa mayoría de profesionales en situación eventual. "Esta renovación se hace en función de las necesidades asistenciales y la disponibilidad de recursos que existen", afirman, sin querer entrar en detalles de cómo es la situación en este tipo de unidades.
Estos especialistas insisten en que los recortes no tienen mucho sentido: "Aliviamos el sufrimiento pero también generamos un ahorro de pruebas que conllevan un gran gasto", asegura. Esas afirmaciones vienen avaladas por numerosos estudios científicos que demuestran que los servicios de cuidados paliativos generan un menor gasto sanitario. Según los resultados de un estudio realizado en el año 2000 y dirigido por Mateu Serra, de la Fundación Salud Consorcio Sanitario del Maresme en Cataluña, este tipo de atención, cuando se realiza por un equipo de cuidados paliativos, genera un ahorro por paciente del 40% (600 euros frente a 1.050 euros).
Al ahorro económico hay que sumar los beneficios físicos y psicológicos para paciente y familiares. El estudio de Serra demostró que en el momento del primer contacto con los equipos especializados en cuidados paliativos, un 28,4% de los enfermos oncológicos presenta un dolor grave o insoportable, un 31,1 % tiene otros síntomas físicos también de intensidad grave o insoportable y un 45,9 % manifiesta estar angustiado casi siempre o no poder pensar en otra cosa más que en su enfermedad. Sin embargo, los enfermos muestran una mejora significativa de sus síntomas tanto físicos como psicoemocionales durante los primeros 15 días de tratamiento. Al igual que los familiares que valoran muy positivamente este tipo de atención.
No es la única investigación que demuestra los múltiples beneficios de estas unidades. Eduardo Bruera, director del área de atención a los pacientes terminales en el MD Anderson Cancer Center de Houston, demostró un ahorro de un 16% en el coste medio de la atención a los pacientes oncológicos. Según otros estudios, se estima que un Plan Nacional eficiente de cuidados paliativos podría reducir el gasto público en 500 millones de euros anuales.
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